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Los Juegos Olímpicos de 2024 comienzan el 26 julio, así que todavía queda. El baloncesto, de hecho, arranca tres días más tarde, el sábado 27. Y su partido por el oro, en categoría masculina, será uno de los platos fuertes de la última jornada, el 11 de agosto. Tienen que pasar muchas cosas, entre ellas toda una temporada de la NBA. Así que es difícil saber con certeza qué jugadores estarán en París. Y más en Estados Unidos, una selección volátil por definición y que, en todo caso, va a depender de lo que suceda en cuanto a lesiones, la exigencia de los playoffs por el título… Pero lo que sí que sabemos, ya, es que las cosas han cambiado y que el Team USA va muy en serio.
El golpetazo del pasado Mundial, en el que Estados Unidos acabó en cuarta posición y enlazó dos ediciones sin medalla por primera vez desde los años 60, puso el despertador en un baloncesto que ha visto que las diferencias con el mundo ya no son insalvables si sigue enviando versiones C como las que han competido en 2019 y 2023. Los Juegos Olímpicos siempre han sido otra cosa, ahí el Team USA sí cuenta con equipos de absoluta garantía y ha enlazado cuatro oros desde el patinazo (bronce) de Atenas 2004. Pero en las dos últimas ediciones, 2016 y 2020, tampoco acudieron los doce mejores. Eso va a cambiar ahora.
Porque ahora, esta vez sí, Estados Unidos va a llevar un equipo, si no sucede nada muy extraño, de esos que nos seguiremos sabiendo de memoria cuando pasen los años. Del Dream Team de Barcelona 92, al Redeem Team de Pekín 2008 y Londres 2012… y de ahí a una versión de 2024 que puede ser una de las más legendarias de toda la historia. A eso apunta después de que, nada más confirmarse el batacazo en el Mundial, se anunció que LeBron James estaba dispuesto a regresar (por primera vez desde 2012) y que ya había hablado con Stephen Curry (otra ausencia habitual desde 2014), Kevin Durant y otras megaestrellas que ya habían dado el sí. El último gran movimiento, ya se sabe, ha sido la decisión de Joel Embiid, recibida con polémica fuera de Estados Unidos. El pívot camerunés podía elegir jugar con su país natal, con Francia o con EE UU, donde vive desde los 16 años (tiene 29) y donde ha nacido su hijo. Eligió el Team USA.
